Por: Crianza & Salud / 18 noviembre 2024
En las últimas décadas se han diversificado los modelos familiares, sobre todo en la cultura occidental donde cada vez es más frecuente encontrar mascotas en el hogar, en especial, perros y gatos. En tal sentido, no es raro que primero lleguen las mascotas que los hijos, por lo que, al prepararse para la llegada de un nuevo bebé, es normal que los padres tengan muchas preguntas acerca del cuidado y comportamiento adecuado. El temor de tener mascotas al momento de la llegada del nuevo bebé es completamente válido, por lo que los principales objetivos de este artículo son los de resolver las inquietudes frecuentes, discutir los mitos y abordar el impacto positivo de las mascotas en el desarrollo de los hijos.
Las mascotas como miembros de la familia
El término “mascota” se refiere a una amplia variedad de especies de animales, que va desde peces, aves y mamíferos hasta reptiles e insectos, que llegan a representar una compañía para quienes la poseen; no obstante, es importante resaltar que no todas están permitidas, ya que algunas pertenecen a la fauna silvestre y no se adaptarán a la dinámica familiar; por lo tanto, las mascotas son animales domésticos (que se crían en la compañía del hombre).
La llegada de ellas al hogar implica un proceso adaptativo de responsabilidad, donde los miembros de la familia se reestructuran y se asignan nuevos roles para incluir a ese nuevo integrante. Si bien todo esto conlleva un esfuerzo significativo para los dueños, resulta gratificante la recompensa afectiva que se recibe a cambio, esto es, el bienestar emocional que aportan con su presencia. Es así como seres de diferente especie, sin ser humanizados, son considerados como parte de la familia al crear un vínculo persona-mascota, que permite reconocer al animal como un ser sintiente que simboliza compañía, alegría y confidencialidad. Así mismo, a medida que conviven, fortalecen su relación y descubren nuevas actividades o rutinas para compartir.
Influencia de las mascotas a través del ciclo familiar
Las personas crean un vínculo afectivo con la mascota desde el primer momento, y aunque sea difícil de creer, cumplen un papel en el hogar que cambia dependiendo del ciclo vital familiar. Una vez llegan los hijos a la familia, las mascotas pasan a un segundo plano debido a la falta de tiempo por las altas demandas de los hijos pequeños, por lo que es necesario realizar ajustes para asignarles un lugar a los niños, y si bien el apego de los adultos hacia las mascotas disminuye, su importancia no.
Desde pequeños los niños forman un vínculo de compañía con los animales y cuando están en la edad escolar, las mascotas los ayudan en el aprendizaje de las responsabilidades, el desarrollo de la identidad y favorecen el contacto con otras personas. En la adolescencia, una etapa donde los jóvenes se sienten incomprendidos y se alejan de los padres, las mascotas aportan diversión, compañía y apego seguro. Con el afecto que reciben por parte de ellas pueden sentirse aceptados y, de esta manera, construir una mejor autoestima.
Los animales de compañía tienen el potencial de reducir el estrés psicológico y fomentar la salud emocional al liberar oxitocina (hormona de la felicidad). Incluso, contribuyen en el fortalecimiento de aspectos como la autoestima y la autoaceptación, brindando compañía y tranquilidad, características que se convierten en factores protectores, principalmente en la preadolescencia y adolescencia temprana.
Tener mascotas se asocia con resultados positivos en el desarrollo cognitivo, psicológico, emocional,conductual, educativo y social de los niños y adolescentes. Entre sus beneficios están:
Mitos sobre la generación de enfermedades por mascotas
En el día a día es frecuente escuchar comentarios sobre las enfermedades o accidentes que pueden aparecer al tener una mascota y un niño concomitantemente en el hogar. Alergias, mordeduras, arañazos y asma son algunas de las muchas entidades que se vienen a la cabeza. En este apartado del texto se hablará sobre enfermedades o accidentes que pueden ocasionar las mascotas y cuáles son los niños más susceptibles a estas, así como algunas recomendaciones.
Gastroenteritis
Esta es una enfermedad que produce inflamación del revestimiento que cubre el estómago y los intestinos. La mayoría de las veces es autolimitada, es decir, que el cuerpo es capaz de resolverla e incluso puede llegar a ser asintomática. Sin embargo, es importante conocer los grupos que tienen más riesgo de que esta entidad se presente, haya complicaciones y, por lo tanto, la necesidad de consultar, entre ellos están los inmunocomprometidos.y los menores de cinco años.
Esta enfermedad se puede adquirir a través de diversas formas: por contacto directo con el animal infectado, de forma indirecta por contacto con el entorno del animal enfermo (areneros, camas, cobijas, etc.), o por medio de un vector artrópodo (pulgas, garrapatas, moscas o mosquitos). Otras condiciones a tener en cuenta son la salud de la mascota (si tiene diarrea), el estado de vacunación, si está en condición de calle, la disposición que les damos a las heces y el contacto directo con estas.
Posiblemente las mordeduras y arañazos son una preocupación de los padres al dejar interactuar a los niños con gatos o perros. Si bien los niños, especialmente los menores de cinco años, son más susceptibles a ello, debido a su menor capacidad para defenderse y su actitud exploradora, se debe tener en cuenta que la prevención y el buen manejo de la situación son los aspectos más importantes. La mayoría de las mordeduras son producidas por perros (80-90%), pues son los animales domésticos más cercanos a los miembros de la familia, y las localizaciones más frecuentes las podemos clasificar según la edad:
en menores de cinco años son más comunes las mordeduras en la cara, la cabeza y el cuello, mientras que en los niños más grandes tienden a ser en la extremidad superior dominante. Si bien, en su mayoría las lesiones suelen ser locales y leves, hay una posibilidad baja de presentar complicaciones como: sobreinfección de la herida, transmisión de enfermedades o afectación psicológica del niño.
Una de las condiciones a resaltar es la enfermedad por arañazo de gato, la cual, como su nombre lo indica, es producida por la transmisión de la bacteria Bartonella henselae, que se da a través de un arañazo. Usualmente el cuadro se inicia con ganglios inflamados y dolorosos cerca a la herida y la evolución y pronóstico de la enfermedad, en general, son buenos.
En cuanto a las mordeduras de perros, se debe estar alerta con la transmisión del virus de la rabia, en especial, cuando se desconoce el esquema de vacunación de la mascota. La transmisión se da desde la saliva del animal a través de la herida, y el periodo entre la mordedura y la aparición de algún signo o síntoma usualmente es de tres a ocho semanas.
En lo que se refiere a la prevención, se deben tomar en consideración las siguientes medidas:
• No dejen a los niños menores de cinco años totalmente solos con la mascota y sin ningún tipo de supervisión.
• Enséñeles a los niños comportamientos y advertencias tales como no acercarles la cara a las mascotas y no molestarlas cuando estén comiendo o durmiendo.
Para el manejo de las mordeduras y arañazos en casa, las recomendaciones son:
• Lave con abundante agua y jabón.
• Evalúe qué tan grave es la lesión según su localización, tamaño, profundidad y dolor que manifieste el niño para así considerar la necesidad de ir a un centro de salud.
• Tenga claro el estado de vacunación de la mascota.
• Conozca los signos de alarma para consultar.
Asma
Es la enfermedad crónica más frecuente de los niños. Esta afecta el sistema respiratorio y puede tener múltiples causas. Dentro de los factores de riesgo más importantes se encuentran la exposición a ácaros y el humo del cigarrillo en el hogar. Además, es clave mencionar que tener una mascota (perro o gato) en casa no ha demostrado ser un componente causal de esta. Si bien la evidencia es limitada y controversial se mencionarán algunos aspectos que se encuentran en la literatura. El asma puede clasificarse como asma alérgica y no alérgica, la primera se refiere a que depende de un alérgeno específico (un alérgeno es una sustancia que induce una reacción alérgica en el organismo).
En la mayoría de las ocasiones se cree que las mascotas domésticas producen un asma de tipo alérgico; no obstante, varias revisiones han mostrado que no hay una relación. En la revisión sistemática de revisiones sistemáticas titulada ¿Son las mascotas, perro o gato, un factor de riesgo o protector para el desarrollo o exacerbación del asma?, realizada por Óscar Alberto Rojas Sánchez, se muestra un comparativo entre varias revisiones, las cuales llegan a la misma conclusión, que no hay una real asociación entre tener una mascota y el desarrollo de asma o rinitis alérgica en años posteriores.
Incorporar un nuevo miembro a la familia, sea un nuevo hijo o una mascota, implica una reestructuración del sistema familiar. Por eso, se recomienda establecer la dinámica familiar con la mascota previamente a la llegada del nuevo bebé.
• Una mascota para los hijos es más que una forma de enseñar la responsabilidad, además, trae consigo beneficios a nivel físico, social, cognitivo, emocional y psicológico.
• Todo lo anterior se traduce en mejores logros educativos, adecuadas relaciones interpersonales, mejor salud emocional, aprendizaje de valores y disciplina, mayores habilidades cognitivas y un adecuado comportamiento.
• Con una información oportuna y de calidad se pueden realizar las prevenciones y cuidados necesarios para evitar la transmisión de zoonosis y los accidentes como mordeduras y arañazos. Si bien aún hay múltiples controversias sobre la relación entre tener
una mascota y el desarrollo de asma y atopias en los niños, lo más importante es que, ante la duda, consulten con su pediatra para llevar a cabo un abordaje integral e individualizado para los hijos.
Lectura recomendada
Consenso: niños y mascotasCoordinadores: Dr. Rubén Zabala, méd. ped., CNPL.e,4 Dra. Clotilde Úbeda, méd. ped., Mg., CNPL.c Dra. Ingrid Waisman, méd. ped., CNPL. https://www.sap.org.ar/uploads/consensos/consensos_consensoninos-y-mascotas-101
Por: Susana Restrepo Álvarez,
Valentina de Alba Higuita
Estudiantes de Medicina - Universidad Pontificia Bolivariana y
Natalia María Mazo Correa
Pediatra Universidad de Antioquia,
docente Universidad Pontificia Bolivariana